Desvié la mirada a la ventana observando el panorama presente: era absurdo, casi gris, todo era bañado por un sol que, al parecer, no tiene las ganas de aparecerse y solo quiere irse a dormir. Cruzo los dedos frente a mi boca, como si estuviera esperando calculadoramente, y aunque si este esperando, no hay nada friamente calculado dentro de mi cabeza, solo cosas sin sentido entre otros. y despues, vi cruzar a Daniela con un vestido muy florido (La verdad no se como se dice) que deslumbraba entre aquella escala de grises viviente y brotaba alegria, y eso que es solo su vestido.Vaya! hace cuanto que no nos veíamos, y cada vez que me acuerdo del pasado, paso de largo el hecho de que siempre se sentía triste, y reemplazo eso con el hecho de que no habia nada mas valioso que su sonrisa, y, ahora que lo veo, todavia la porta con orgullo. Ella entra a la cafetería, me encuentra, se sienta y su piquito en la mejilla hace que deje a un lado cualquier otra idiotez que este pensando, y le contesto con: Sientate, por favor, y tómate un café conmigo
Parezco un bebé, jugando con su cabello, pero no me podia resistir a tocarlo, por que se nota muy suave, muy calido, aspectos tan de ella, que parece que su escencia se transmitiera por todo lo que es, tanto fisica como espiritualmente, y eso adorna la conversacion de aquellas locuras que soliamos pensar cuando el tiempo nos cedía la juventud. Debe ser tan inspirador como cuando fue la primera vez que la hize reir, el volver a hacerlo; Divagando en trivialidades y chistes, que ella aceptara con esa risa tan espléndida y que me divierte tambien. Iba ella tambien en un viaje de primera clase al pasado cuando revolvia su café y se encontraba en locura, paz y algo de amor. Dentro de aquel espejo negro que reflejaba la bebida, Daniela no tendría ni el mas minimo deseo de parar y la epoca cambiaría a una mejor, mas jovial, mas tranquila, mientras yo la acompañaba adornando con palabras, risas y detalles, haciendo mas real y creible aquel viaje.
Hablando de ello, se fueron pasando las horas y aveces me distraia en su rostro, su cuerpo (Que era muy atractiva, hombre. hay que sacarlo a relucir), y no podia asimilar lo bonita que era, y ¡es, claro esta!, de no ser por que he estado con ella muchos años, creería que no es real. Me hizo acordarme de las muchas veces que me cantaba esas canciones bellas, de ritmo lento, pegajoso y de alguno que otro movido, y parecía que ella se enamorara de sus canciones o que sucediera al revés, de tal manera que esa sutil y tenue voz se apropiara de la armonia; ese acto tiene su firma.
Tuve que despedirme con un pesar inmenso, pues la tarde se había acabado y ya no habria mas de la conversacion. Se que estaras muy concentrada en tu carrera pero, dale un tiempo (Así sea pequeño, no importa) a este payaso, que siempre tendra mucho para hacerte reir, eso si, si me aceptaras otro cafe... si tu quieres
Luzifer