Abro los ojos y me doy cuenta que soy un pedazo de nada
que mi mente no funciona por las neuronas quemadas
que mis manos se cansaron hace un tiempo
de buscar paredes tan solo palpando el viento.
Mis pies tocan el piso frió y de nuevo enfrento al mundo
el cielo tiene hoy un tono sombrío y un concierto de lluvia de nuevo cambió mi rumbo,
mis pasos cambiaron,
se cruzaron con los tuyos,
me perdí un día entre las cenizas y el viento
y te encontré esperándome leyendo el cielo,
recogiendo mis letras que caían al suelo,
reabriendo mis ojos cerrados.
Los cerré porque me dio la gana, porque ya conocía el mundo,
porque lo conocía bien y estaba sucio,
se caía a pedazos al silencio
y mi garganta cansada ya no quería romperlo.
Pero el viento soplo tu voz y ese maldito silencio se acobardo.
Viaje contigo por caminos oscuros
y al pasar tu brillo el camino sonrió,
el mundo giro como siempre
Pero tiempo en tu boca se convierte en polvo,
el espacio en tu cuerpo se reduce a nada
y la paz que abraza mi espíritu solo la emanas tú.
Ahora abro los ojos y el mundo sigue cochino
pero las cenizas volaron lejos del piso frió.
Sigo tan opaca como desde hace años
pero no me importa,
solo quiero amarte el segundo siguiente,
amarte con el alma sin preguntar sandeces
sin inventar palabras ni bajarte estrellas
sin esperar que ames tanto como yo a ti
solo teniéndote cerca
abrazando tu cintura con el segundo exacto
con el mundo cayéndose y tu sonrisa iluminando.