De repente un día me levante seca;
Los tulipanes de la mesa marchitaban,
la casa estaba sucia,
y ya no había helado de chocolate.
Pretendo convencerme de que todo esta bien
y que afuera, cuando salga, la gente va a sonreír al mirarme.
Me empeño en ignorar las cosas malas,
en caminar con la frente en alto,
en nunca bajar la guardia.
Invierto todo para no caer,
para no llorar los domingos en la noche,
para no quedarme en silencio
fantaseando con la muerte.
Intento pelear contra mi misma y ganar.
Hago todo para no rendirme,
todo para no fallar
todo para no caer
porque ya no sé si la próxima
me levante.
Y así, mientras van pasando los días
lo entiendo,
no estoy seca
solamente estoy en llamas.
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