Debí detenerme el día que me sonrió,
ya le veía entre las cicatrices de sus labios, escrito el final.
De nuevo hice todo lo que no debía,
pero de alguna manera creí que podía mejorar,
e invertí todo mi esfuerzo en ello,
y me vi un día, con las mejores ropas, el mejor cabello, y la mejor actitud
entregándole, casi todo,
por suerte conserve mis medias, las más bonitas.
Esta él, de pie, junto al baño,
y entendí en ese preciso momento
por qué antes de salir escogí el rimel a prueba de agua,
por qué quería sacarle una foto en el parque
y por qué sentí escalofríos cuando entre a su casa.
Ya lo entendía todo.
Lo veo, con mis ojos abiertos y llenos de lagrimas
tan rojos como mi cabello,
tan tristes como nunca les permití estar.
Mis ojitos se le arrodillaron
suplicándole... no sé que le suplicaban,
pero sea lo que fuera,
él ni se inmuto.
En ese momento lo entendí todo
menos, por qué seguía latiendome el corazón
2 comentarios:
BONITO
No dejes de escribir... ¡què bien lo haces!
Besos
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