Entonces aquel chico, pasándose de listo, preguntó: ¿Qué es lo contrario al amor?,
y todos sin dudarlo, en coro y sin mucho entusiasmo respondieron "El odio",
y yo quien me encontraba plácidamente sentado, fruncí el ceño y levante la voz diciendo:
"¡No!, por más claro que parezca el contrario del amor nunca será el odio,
el contrario del amor es, señoras y señores,
la sabiduría".
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