sábado, 9 de febrero de 2013

février

En la calle, sentada en el suelo,
divisando la quietud de los arboles,
de un país donde ya no corre el viento.

Y el sol. El sol secándolo todo, 
el prado, mi piel y mi sangre.
sangre que prendió fuego 
en las noches frías de invierno,
pero que ahora,
ya no corren por mis venas,
ni la sangre, ni el viento.

Sintiendo que me estoy haciendo vieja,
y la piel se me esta quebrando.

Pensando en un futuro en solitario,
con un gato quizá. O dos. 

Viendo personas caminar, 
personas que ya no corren y no correrán.

Con un besito en el hombro, me dice mi alter ego,
que quizá la mio no es esto.
Quizá lo mio sea buscar en bocas ajenas,
consuelos de la vida triste, que me toco vivir,
en el país de las hojas quietas.

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