jueves, 5 de septiembre de 2013

Hell

Estoy inmóvil abrazando con mis ojos y mi fe la hendidura de sus labios.
Hay mil sueños de distancia entre mi boca y la suya.
En un segundo, comenzó a darme el sol en la cara, 
avivando el infierno al que ya estaba más que sometida,
porque sí, el infierno existe.
Mi escepticismo quedo de lado en ese momento,
el infierno existe en su boca,
en las grietas de sus labios,
existe en el instante de silencio absoluto
entre lo que quiero escuchar
y la cruel verdad que me vas a decir.

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