domingo, 8 de septiembre de 2013

"Veronika abrazó a Edward y pidió al Dios en quien no creía que se la llevara en aquel momento. 
Cerró los ojos y sintió que él hacía lo mismo. Y el sueño vino, profundo sin sueños. 
La muerte era dulce, olía a vino y acariciaba sus cabellos"

-Paulo Coelho-

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