sábado, 5 de enero de 2013

Analogía.

Bajo la sombra de un freno amarillo,
me encontraba yo y un paquete de maní salado. 
Aun antes de abrirlo, 
ya sentía la felicidad y el sonido crujiente en mi boca.

Maní por maní,
iban desapareciendo del universo, y yo a la vez veía nuevas estrellas.

Y así, concluye una linda historia parecida al amor y a la vida, que es la misma cosa,
donde lo que me hizo tan feliz en una tarde de verano, 
y saco mi alma de lo mundano,
hoy me tiene de nuevo bajo la sombra del freno amarillo,
esta vez, triste, con los labios quebrados, quemados.


No hay comentarios: