viernes, 11 de enero de 2013

En la trinchera de mi soledad.


"Te la regalaba" decía la canción que me sabia a té de durazno
 y a propósito, nadie parecía escuchar en aquel bar, 
todos parecían escuchar únicamente la sinfonía de sus propios pensamientos, 
pero a mi si me encantaba. 
En frente, una pareja no combinaba con el ambiente 
de tristeza, melancolía y negocios del sitio;
Ellos dándose manifestaciones de amor, o calentura, 
me hicieron pensar en lo cortica que es la vida 
como para andar sentada tomando té.

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